lunes, 1 de agosto de 2011

Here is a story. Leedlo, es un poco largo, pero creo que ha quedado genial :D

31 de julio de 2016
        Habitación

     Tumbado en la cama de su  habitacion, Harry se despierta de un sueño realmente agradable: soñaba con Ginny, su mujer y madre de sus tres hijos, como muchas otras veces. Se tumba boca arriba y piensa en su vida. Todo habia dado un giro de 180º el dia en que Hagrid, el guardabosques de Hogwarts y uno de sus mejores amigos, había irrumpido en casa de sus tios en mismo dia de su cumpleaños de hace 26 años.Cuánta agua habia corrido desde entonces. Harry sonrió para si mismo al pensarlo ¿qué hubiera sido de él si el guardabosques no hubiera aparecido aquella noche lluviosa, después de haber recibido tanta cantidad de cartas que le habían sido confiscadas? Él lo sabía: sería una persona normal; no hubiera conocido a Ginny ni a sus dos mejores amigos, Ron y Hermione; no tendría a sus hijos alegres y traviesos, a veces, y por supuesto, no habría estudiado en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. En ese momento  suedieron varias cosas: se acordó de nuevo que era su cumpleaños y le extrañó que no estuviera allí Ginny para felicitarle ni tampoco sus hijos, a los que escuchó pelear por cosas banales como muchas otras veces, también le llegó el olor a pan tostado y café procedente de la cocina que indicaba la hora del desayuno. Se levantó y se puso las gafas, ritual de todas las mañanas y se dirigió al baño para asearse antes de bajar a tomar el desayuno con su familia.

             Cocina

    -¿Lo habéis recordado?-preguntó Ginny por enésima vez a sus hijos.
-Sí mamá, ¿como olvidarlo después de tantas veces como lo has repetido?- respondió James cansado a su madre. Estaba seguro de que había vuelto a realizar la misma pregunta a posta para que él y sus hermanos dejaran de discutir- No se puede dar cuenta de nada.
-Vale, vale. Pero es que tiene que quedar perfecto. No se puede dar cuenta de nada. No os delatéis. No quiero ni una risita por parte de ninguno-dijo Ginny señalando y mirando a sus hijos uno por uno-¿Sí o sí?
-Sííí...-respondieron James y Albus al unísono y éste último poniendo los ojos en blanco.
-Pero mamá, yo creo que es un poco cruel-se quejó la más pequeña de lo Potter.
-Ya hemos hablado de esto Lily, tiene que ser especial. Tu padre nunca ha tenido un cumpleaños como es debido.-Respondió Ginny a su hija mientras servía la leche en las tazas de sus hijos, ya sentados en la mesa-Y además...
-¡Ya baja!-interrumpió James bebiendo un sorbo de leche. Lily lanzó una mirada enojada a su madre, mientras ella le indicaba que se comportara lo mas normal posible.
-Buenos días, chicos-saludó Harry a su familia, mientras se acercaba a Ginny y le besaba en la mejilla.-¿Cómo habéis dormido hoy?-Harry se acercó a sus hijos y les dió un beso de buenos días a cada uno. Estaba un poco molesto, ¿cómo no iban a acordarse de su cumpleaños? ¡Era su padre!
-Muy bien, gracias- respondió Lily a su padre dirigéndole una sonrisa.
-Yo fatal. Mi querido hermano no ha hecho mas que decir estupideces-Albus le dirigió una mirada de reproche a su hermano. Esté le devolvió una sonrisa torcida.
-No empecemos.-regañó Ginny a sus hijos mayores.
  El desayuno trancurrió rápidamente, lleno de risas y bromas por parte de los niños, al igual que el resto del día, pero Harry seguía molesto. Muy molesto, pero decidió no enfadarse con su familia. Antes de cumplir los once años, nadie le había felicitado. Se sintió triste al recordar esos años y a la vez sintió curiosidad al pensar en qué habría sido de los Dursley.

          Sala de estar


-Harry, recuerda que esta tarde vamos a casa de mis padres.-dijo Ginny a su marido mientras éste leía el periódico.
-Ya lo se Ginny. Nunca me olvido de eso. No me he olvidado desde hace más de veinte años.-respondió Harry poniendo los ojos en blanco y con un cierto tono de mal humor en la voz.
-Lo se. Pero es que se lo he prometido a mi madre. Tenía mucho interés en tomarle las medidas a Lily para los jerseys, ya sabes, los regalos de Navidad.
  Harry hizo una mueca de disgusto. Tampoco había recibido felicitaciones por parte del resto de los Weasley. Ni siquiera de Hermione ni Ron. No le extrañaba que Ron no se hubiera acordado, pero de Hermione sí. Ella nunca se olvidaba de nada. A lo mejor es que la mala memoria se ha contagiado, pensó en plan sarcástico.
  Al cabo de dos horas, Ginny ya estaba avisando a los niños para que se arreglasen.
-Harry, vístete, ¡venga! y arréglate.-ordenó Ginny.
-¿Cómo?
-¡Vamos! Y no preguntes.-rió su esposa empujando a Harry escaleras arriba.
 A las ocho y cuarto, Harry estaba con sus tres hijos en la entrada de la casa. Llevaba una túnica de gala color azul oscuro, que era lo que había ordenado Ginny en cierto modo. James y Albus iban también con túnicas de gala, una de color violeta y otra marrón; Lily llevaba un vestido verde botella de tirantes que conjuntaba claramente con su pelo pelirrojo, heredado de su madre. A Harry le recordó a Ginny tiempo atrás, en Hogwarts, cuando asistían a las reuniones del profesor Slughorn. Sonrió para si recordando tiempo pasados. Un par de minutos después, Ginny apareció por las escaleras con un vestido azul celeste por las rodillas. Harry se quedó asombrado. No había perdido la belleza en todos esos años.
-¡Wow, mamá, estás alucinante!-gritó un asombrado James mientras sus hermanos menores aplaudían.
-Tiene razón, estás preciosa-coincidió Harry dándole un suave beso en a su mujer-pero, ¿a qué se debe tanto glamour?
-A nada. Solo que hay que variar, ¿no crees?-Ginny le guiñó un ojo a su marido mientras salía por la puerta. Harry empezaba a sospechar algo.

Llegaron a La Madriguera en media hora, ya que la casa de la familia Potter quedaba cerca de allí. Harry aparcó el coche en el carril que conducía a la casa, y los chicos abrieron y salieron corriendo hacia la entrada, que estaba abierta. Ginny también salió y fue detrás de sus hijos, seguramente para asegurarse de que no habría más peleas entre ellos. Harry se quedó mas rezagado, contemplando la casa donde tantos momentos  había vivido, la mayoría felices. Volvió a sonreír y a evocar momentos pasados. Ese día estaba sentimental.

             En el interior de La Madriguera.


-¡Mamá!, ¿está todo listo?-preguntó una nerviosa Ginny a su madre.
-Sí, cariño, solo faltan por llegar Ron, Hermione, Rose y...-en ese momento apareció Hermione por la chimenea.-Ya están aquí. Vamos a escondernos de mientras. Ginny asintió.
-¡Puff! ¡Cómo me he puesto!-exclamó Hermione sacudiéndose el polvo del vestido- Ron y los chicos ya vienen.-¡Ginny! ¡Ya habéis venido!-Hermione se acercó a abrazar a su mejor amiga, que estaba escondida detrás de un sillón-¿Dónde están los demás?
-¡Escondidos! Todos están escondidos-en ese momento apareció Ron seguido de Hugo y Rose.-¡Escóndete!-Susurró Ginny a su hermano y a sus sobrinos. Se escondieron cerca.-Es una fiesta sorpresa, ¿recuerdas? Están todos por ahí escondidos, sino escondidos, transformados en objetos, depende. Detrás de aquel mueble está Teddy con Victorie. Los demás no lo sé.-informó Ginny a Hermione. Ésta asintió.
-¿Y Harry...?-se calló al ver aparecer a Harry por la puerta. Tenía el semblante extrañado de no ver a nadie por la casa.
-¡¡SORPRESA!!-gritaron todos al salir de su escondite. Estaba toda la familia Weasley: Molly y Arthur, Bill y Fleur con sus hijos, George y Angelina con sus hijos también, Percy y Audrey con su familia también, Ron y Hermione con sus hijos; pero también había amigos como Luna Lovegood con su familia; Teddy Tonks, ahijado de Harry...
Harry se quedó de piedra al ver lo que había allí organizado. Había dulces por todas partes, que flotaban además. La iluminación y la música era muy acogedora, típica de la Madriguera, pero, lo que más le gutó a Harry fue los confetis y serpentinas que estallaron en cuanto él pisó la casa. Era todo realmente mágico. Ginny se aceró a él y le dio un suave beso.
-Felicidades, cariño. No sabes el día que he llevado al verte con esa cara de pena.-dijo Ginny mientras le ponía los brazos alrededor del cuello a su marido. A continuación, Albus, James y Lily se acercaron a su padre para felicitarle, al igual que el resto de los Weasley.
-Mu-muchas gra-gracias a-a to-todos... ¡no me esperaba esto!-tartamudeó Harry mientras Lily le tendía un paquete de color rojo con un lazo dorado. Lo abrió y se encontró con una foto de él, Ginny y sus hijos, en un marco también dorado. Era un regalo espectacular-Gracias cariño. Es realmente precioso.-Harry besó a su hija en la frente.-¡Lo teníais planeado! ¡Estabais todos compinchados!
-Pues claro, ¿que te creías, que no te íbamos a felicitar por tu cumpleaños?-Harry sonrió y saludó a todos los invitados.
-Es el mejor cumpleaños de mi vida.-agradeció Harry sonriente de nuevo.-¡es mágico todo lo organizado!
-¡No es mágico, es cosa de magia!-"corrigió" James, y todos se echaron a reír. La noche transcurrió llena de bromas y risas. Fue el mejor cumpleaños de la vida de Harry.
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Hola! ¿que tal? He escrito aquí un pequeño relato en honor a Harry Potter, ya que ayer fue su "cumpleaños". Es un poco larguillo, pero creo que merece la pena leerlo. Un beso.

Luna! (8)

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